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Si mañana se gana la Liga habrá celebración a lo grande

Los jugadores lucirían una camiseta especial y darían la vuelta de honor con el trofeo entregado por Rubiales

Después de los fuegos artificiales cogerían el micrófono los campeones para dirigirse a los socios y aficionados

Efectivamente. Así será. Un gran día... siempre y cuando se produzcan las circunstancias que permitan al FC Barcelona conquistar la Liga. Otra más. Sería la número 26, una gesta aderezada con un dato extraordinario: levantaría la octava en los últimos once años. 

Un dato no menor. Todo lo contrario. Un hito que pone de manifiesto y confirma la autoridad y hasta dictadura que viene imponiendo el Barça en la Liga. Sin duda, el mejor equipo de fútbol del siglo XXI.

Antes, obviamente, hay que cerrar el círculo. Será más pronto que tarde. Seguramente mañana sábado. Está todo preparado para que así sea y es lo que desean tanto el cuerpo técnico azulgrana como la plantilla en su totalidad.

Ganar... y Champions 

Dado que el Atlético de Madrid no ha pinchado (a expensas de lo que haga mañana en su duelo previo frente al Valladolid en el Wanda), el Barça no ha tenido más remedio que  ir haciendo los deberes para seguir dependiendo de él mismo.

El objetivo prioritario es derrotar al Levante, disfrutar de la Liga unas cuantas horas... y ponerse ya a pensar única y exclusivamente en la Champions League y también, cuando toque, en la final de la Copa del Rey.

Una vez cerrada la Liga, todos los esfuerzos de la plantilla estarán encaminados en superar las semifinales frente al Liverpool. Los entrenamientos y la planificación de los siguientes partidos de Liga se hará en función de ese reto.

Si el Barça derrota al Levante este sábado (20,45 horas), inmediatamente después el Camp Nou vivirá una gran fiesta, como corresponde para festejar un logro sin precedentes en la historia del FC Barcelona.

Camiseta especial

Sí, porque como dijimos al principio, sería la octava en los últimos once años. Brutal. Por eso lo primero que harían los pupilos de Valverde sería enfundarse una camiseta conmemorativa en la que se podrán leer en catalán: “8 d’11, l’extraordinari és que sembli normal” (Lo extraordinario es que parezca normal).

Acto seguido bajaría al césped el presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, que haría entrega del trofeo de la Liga al capitán azulgrana, Leo Messi.

Durante el día de ayer hubo diversas contradicciones porque primero fue el propio Rubiales quien afirmó que no viajaría a Barcelona.

Después de varias llamadas telefónicas y de la intervención del propio Bartomeu, se le hizo ver a Rubiales que no tenía sentido retrasar la fiesta, porque lo primero que harían los jugadores una vez el trofeo estuviera en su poder sería dar la vuelta de honor al Camp Nou.

Completada es parte de la fiesta, el Camp Nou se quedaría a oscuras y tomarán protagonismo los siempre espectaculares fuegos artificiales.

 

Posteriormente serán los propios jugadores del Barça quienes volverán a acaparar todo el protagonismo a la hora de los parlamentos micrófono en mano. Desde la Liga de la temporada 2009-2010 el Barça siempre había cantado el alirón lejos del Camp Nou.