En Sport English
Pocos, muy pocos, hubieran dicho hace apenas un mes que Malcom tendría un papel protagonista en el tramo decisivo de la temporada del Barça. Sin apenas oportunidades para demostrar su valía, cada ‘fogonazo’ que ha tenido (léase ante el Inter o ante el Madrid) no ha ido acompañado de la dosis de confianza necesaria para intentar asentarse y demostrarle a Valverde que es mucho más útil de lo que nos ha hecho creer.
En el Estadio de la Cerámica todas sus intervenciones tuvieron sentido. Prácticamente en el primer balón que tocaba, le ganaba la espalda a Pedraza, conducción vertiginosa hacia portería y gol en bandeja a su compatriota Coutinho. En su segunda intervención, testarazo soberbio a centro de Arturo Vidal ante el que nada podía hacer Asenjo. A partir de ahí, trabajo, protagonismo y acierto.
NOTICIAS RELACIONADAS
Aguantó por primera vez los 90 minutos en toda la temporada (sin contar el Barça-Cultural de Copa), por lo que algo le debió transmitir al ‘Txingurri’. Malcom alzó la voz y su llamada volvió a escucharse bien alto. Se ha ganado ya a la opinión pública, pero es consciente que a la que debe convencer es a ella. A la pizarra de Ernesto.