El Real Madrid se frota las manos con la visita del FC Barcelona. De puertas afuera, los blancos no irán de sobrados pero de puertas adentro tienen la sensación de que es el momento de hurgar en la herida del Barça después del enorme palo recibido por los barcelonistas en la Champions League frente al Inter.
Los jugadores del Madrid tienen en la memoria los últimos precedentes y quieren sacarse esta espina. El 0-4 de la pasada campaña, aunque finalmente ganaran el campeonato, dolió mucho. Ancelotti admitió que se equivocó situando a Modric de falso nueve y será el primero en no hacer inventos en la alineación. Su once será el mismo de la final de la Champions en París, si recupera a Courtois, cambiando a Touchaméni por Casemiro, quien fue traspasado al Manchester United.
Viejas rencillas
Ancelotti no es un técnico que piense hacer una arenga especial, pero ya ensuma el ambiente del vestuario. Al 0-4 de la Liga, hay que sumar el clásico de este verano en Las Vegas. El Madrid se tomó el partido como un entrenamiento -Benzema ni tan siquiera jugó-, pero percibieron una intensidad inusual en el Barça por tratarse de una 'pachanga' veraniega.
Los jugadores del Barça y Madrid se enzarzaron en el clásico de Las Vegas
| Valentí EnrichUna entrada de Jordi Alba a Vinicius desató la tormenta. Los jugadores se zarandearon en una tangana en la que Araujo y Rüdiger llegaron a agarrarse con vehemencia. Curiosamente, ninguno de los dos estará en el equipo titular el domingo. Como máximo, el alemán estará en el banquillo con una máscara protectora tras el golpe recibido en el rostro en Varsovia que obligó a aplicarle 20 puntos de sutura.
Efecto Vinicius
Vinicius, no podía ser otro, fue de los que más se enojó y el domingo la quiere liar. Ya lo ha hecho en otros clásicos y quiere repetir la historia. En 2020, justo antes de la pandemia, anotó el gol que rompió el partido dejando por el suelo a Piqué, quien llegó a rozar la pelota. El brasileño tampoco se ha olvidado de Eric Garcia cuando le espetó "tú, Balón de Oro" en el 0-4.
De todos modos, Piqué es ahora el punto débil culer y, en caso de jugar, lo buscarán especialmente. Piqué es uno de los principales enemigos del madridismo y, en el plano deportivo, entienden que deben buscarle la espalda como hicieron los delanteros del Inter.
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El Madrid llega con confianza y con un Vinicius que por primera vez descansó precisamente este martes ante el Shakhtar y solo salió en el segundo tiempo. Ancelotti guardó sus primeras espadas para el clásico y el Barça debe estar preparado para encontrarse con un rival ultramotivado.