La carrera de Luis Suárez empezó en el Nacional de Montevideo. El jugador salteño (nació en el barrio Cerro de Salto) empezó a destacar de pequeño por su capacidad goleadora y eso despertó el interés de clubes como Danubio y Racing. Sin embargo, Luis tenía claro donde jugar: "A mi padre lo llamaron de Danubio y le ofrecieron plata, pero yo prefería jugar en Nacional", explicó el propio Luis a la página web oficial del club de Montevideo.
Suárez fue creciendo en las categorías inferiores del club, aunque su progresión no fue nada fácil. Sus padres se separaron y el joven delantero no estaba centrado en el fútbol, tanto que a punto estuvo de dejarlo. Después de unos primeros años en los que se vio acabó relegado al banquillo, un hecho cambió su vida: conoció a su actual pareja, la joven Sofía Balbí, que se convertiría a partir de entonces en, más que su inspiración, su aliciente para seguir progresando y mejorando.
Un torneo disputado en la localidad de Rivera le permitió recuperar la titularidad y destaparse, esta vez ya para siempre, como un goleador insaciable. "Viajamos a jugar la Copa Rivera. Yo era suplente, pero se lesionó Fornaroli. El técnico Ricardo Perdomo me puso y ganamos 5-1 ante San Eugenio de Artigas. Yo hice cuatro goles. Al día siguiente nos enfrentamos a Oriental, ganamos 5-0 y otra vez hice cuatro goles. Desde entonces, no me sacaban ni por decreto", confesaba el propio jugador.
A partir de ahí Suárez no dejó de crecer. Y eso que la vida le volvió a retar en 2003, cuando Sofía tuvo que irse de Uruguay con su familia a Barcelona. Acusó el golpe, pero pudo mantener el contacto con ella a través de internet y le lanzó la promesa de que acabaría jugando en Europa para estar con ella.
Salto a base de goles
En 2003 superó todas sus marcas goleadoras y su crecimiento no cesó hasta debutar con el primer equipo de Nacional. Fue un 3 de mayo de 2005 frente a Junior de Barranquilla en un choque de la Copa Libertadores, cuando le dieron sus primeros 14 minutos con el primer equipo.
Nadie lo bajó de ahí y en pocos meses llegarían sus primeros goles. El primero de todos, lo consiguió nada más y nada menos que en España el 11 de agosto en el torneo Ciudad del Tajo disputado en Ronda ante el Sevilla. El conjunto hispalense se llevó la victoria por 3-2, pero Suárez fue protagonista, puesto que provocó el penalti que permitía a Nacional igualar el partido (Pablo Alfaro le dio un codazo que le provocó una brecha) y consiguió marcar el empate a dos en la recta final del choque al rematar de media chilena dentro del área.
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Su primer oficial llegó poco después, en septiembre ante Paysandu y acabó la temporada marcando 12 goles en 35 partidos. Una cifra de goles que llamaría la atención de su siguiente equipo: el Groningen holandés.