El barcelonismo se entusiasmó el pasado mes de julio con el anuncio de Robert Lewandowski. Después de un culebrón que parecía no tener fin, haciendo encaje de bolillos en la masa salarial y negociando con un hueso durísimo como el Bayern, llegó el ansiado momento. Uno de los 'killers' más reputados del mundo firmaba por el Barça. Un lujo. Eso sí, había que construir un ecosistema acorde a su alrededor y hacer que luciera. Eso era trabajo de Xavi y de la secretaría técnica. No había mucho margen, ni en la paciencia y aguante de la masa social ni en las arcas y el palmarés del club, demasiado desiertos los últimos tiempos.
Y la verdad que, seis meses después del anuncio de la contratación del polaco, éste ha superado incluso las expectativas iniciales. Eran muy altas, pero cuando echamos un vistazo y nos topamos con que ha alcanzado las dos decenas de goles oficiales a mediados de enero, es incuestionable. 22 partidos oficiales, 20 goles y cinco asistencias. Eso significa que participa en 1,13 goles (marcando o asistiendo) por partido. Sin nos ceñimos a los tangibles, es difícil de superar la ratio del ex del Bayern. Luego ya podemos añadir cuestiones relacionadas con su ascendencia meteórica en el vestuario, su influencia en el juego, lo que intimida a defensas rivales…
PROYECCIÓN TREMENDA A MEDIA TEMPORADA
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Cuando estamos más o menos en el ecuador de la temporada, ‘Lewy’ va camino de cuajar un curso de ensueño. Obviamente, con Messi tan presente en los ránkings del club y con las barbaridades que consiguió, es muy complicado que pueda alcanzar algún TOP, pero nadie puede cuestionarse en la cúpula directiva la idoneidad o no de su incorporación.