Robert Lewandowski no es de los que tiran la toalla. Benzema, unas horas antes, le metió presión en la lucha por el Pichichi con tres goles al Almería. La respuesta fue contundente, la de un jugador que va a pelear el trofeo como máximo goleador hasta el final.
Suyo fue el gol en la derrota ante el Rayo Vallecano y ayer tampoco faltó a la cita, marcando, de nuevo, por segunda jornada consecutiva en LaLiga, algo que no ocurría desde las jornadas, 10, 11 y 12, cuando anotó ante Villarreal, Athletic y Valencia. El polaco fue un incordio constante para la defensa bética, abriendo espacios para sus compañeros, generando peligro desde su posición y creando ocasiones, una detrás de la otra.
Robert Lewandowski, celebrando el gol ante el Betis
| Valentí EnrichAnotó de primeras, tras aprovechar un centro desde la derecha de Koundé, pero es que tuvo oportunidades para, como el punta francés del Real Madrid, irse con el balón para casa. De hecho, en la segunda mitad envió un balón al palo y también vio cómo la defensa desviaba un disparo desde fuera del área.
Diecinueve a diecisiete
Lo mejor de todo, más allá de que suma diecinueve goles en el torneo de la regularidad y aventaja a Karim en dos, fueron las sensaciones. Lewandowski pareció divertirse de nuevo y, lejos de mostrar el sufrimiento de partidos en los que no le han salido tan bien las cosas, vuelve a sonreír.
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Para alguien que vive del gol, ver puerta por segundo partido consecutivo es de un valor incalculable. Porque Robert no suele jugar nunca mal, pero la satisfacción, sin gol, nunca es completa.