Desde que fichó por el Barcelona, Ousmane Dembélé ha tenido que lidiar con algunos contratiempos de la élite: las críticas feroces, pero también lesiones que han torpedeado su progresión.
Antes de jugar en el Barça, apenas había sufrido lesiones y casi no reparaba en su alimentación.Él mismo reconoció en más de una ocasión algunos malos hábitos como la comida rápida.
De su etapa en el Rennes, primero, y el Dortmund, mças tarde, no se le conocían lesiones de gravedad. Solo alguna molestia en la cadera y alguna contusión mermaron el rendimiento del francés.
Pero algo se torció el 16 de septiembre del 2017. Ese día trató de salvar una fuera de banda con un tacón que le salió muy caro. “Un jugador que va a esa velocidad y da un taconazo así, que es lo más agresivo, entra dentro de las probabilidades que te pase. Un veterano no lo habría hecho”, lamentó Valverde.
Las pruebas confirmaron los peores pronósticos: una rotura del tendón del bíceps femoral del muslo izquierdo con un pronóstico duro. Tres meses y medio de baja.
El especialista Sakari Orava fue el encargado de operarle en Helsinki con buenos resultados. La edad del jugador y no haber tenido lesiones parecidas en el pasado contribuyeron a que todo fuera bien. El 2 de enero de 2018 recibiría el alta. 110 día después de ser operado, el 4 de enero, volvía a jugar en un Celta-Barça de la Copa del Rey.
TRABAJO PREVENTIVO
La lesión hizo que tomara consciencia de algunos malos hábitos y recurriera a un osteópata y una cocinera para evitar lesiones parecidas en el futuro.
Pero el 15 de enero de 2018 sufrió una rotura fibrilar en el semitendinoso del muslo izquierdo en un Real Sociedad-Barça. El 10 de febrero de ese mismo año recibiría el alta y un día más tarde volvería a los terrenos de juego ante el Getafe.
No sería el último contratiempo de esa temporada. En el último partido liguero (un Barça-Real Sociedad, el 20-05-2018) sufrió un esguince en el tobillo derecho.
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Ocho días más tarde estaría de vuelta con la selección. Este año un esguince en el tobillo izquierdo, el de 20 de enero en un Barça-Leganés le tendría de baja hasta el 10 de febrero, fecha en la que volvió a jugar ante el Atlético. El último contratiempo llegaría el sábado ante el Rayo, de nuevo los isquios.