La tradición futbolística marca que cuando un futbolista marca tres o más goles en un partido, tiene derecho a quedarse con el balón del partido como recuerdo de la gesta. En el Barça-Valencia de las semifinales de la Copa del Rey 2015/16 el delegado de equipo barcelonista, Carlos Naval, se tuvo que multiplicar para conseguir una pelota para Luis Suárez... y otra para Leo Mesi.
En un partido histórico por la goleada (7-0), el nivel (semifinal de la Copa), la entidad del rival y por el juego desplegado por el equipo de Luis Enrique, también hubo otro dato para la leyenda: dos jugadores completando tres o más goles.
Luis Suárez cosechó un espectacular póker y Leo Messi su enésimo 'hat trick' -mejor dicho, el 34º como blaugrana- y, lógicamente, existía el dilema sobre quién se iba a llevar el esférico.
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Carlos Naval, el experimentado delegado del Barça y curtido en mil y una batallas, estuvo al quite y nada más finalizar el partido ya tenía dos balones preparados para que Leo y 'Lucho' tuvieran el codiciado premio que después corrió por el vestuario blaugrana para que lo firmaran sus compañeros.