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El presidente más volcánico

Aurelio De Laurentiis lleva al frente del Nápoles desde 2004 y sus métodos no pasan desapercibidos

Su última cruzada es intentar convencer a la UEFA, un organismo que detesta, de que el partido de vuelta no se juegue en el Camp Nou

Aurelio De Laurentiis es el propietario del Nápoles / | sport

Nacido en Roma, aunque con raíces familiares napolitanas, Aurelio De Laurentiis comanda los destinos del Nápoles desde que lo adquirió en 2004 cuando acababa de quebrar y estaba a punto de desaparecer después de haber descendido a la Serie C. En tres años, este excéntrico productor cinematográfico que no había mostrado ningún interés previo en el fútbol, devolvió al Nápoles a la Serie A y desde entonces se mantiene en la máxima categoría del fútbol italiano, habiendo llegado a desafiar a la todopoderosa Juventus en alguna ocasión y habiendo sido capaz de conquistar tres Coppas y una Supercoppa de Italia.

Hijo y sobrino de dos históricos productores como Luigi y Dino De Laurentiis, también encaminó su destino profesional al cine, con centenares de películas a sus espaldas a través de su empresa Filmauro.

instinto

Pero su instinto para los negocios le impulsó a invertir en el fútbol cuando vio la oportunidad y desde entonces se mantiene como el líder indiscutible del Nápoles. Los técnicos y los jugadores que le han conocido durante todos estos años han sufrido su volcánico carácter y su afilada lengua, que le convierten en un chollo para los periodistas.

Aurelio De Laurentiis ha sido capaz de llamar gordo a Gonzalo Higuaín o de vincular a Ezequiel Lavezzi con las prostitutas y la bebida. También se las tuvo con los jugadores y con Carlo Ancelotti por culpa de las concentraciones y tras un motín, el episodio acabó con el cese del técnico. 

 

Su última cruzada es intentar convencer a la UEFA, un organismo que detesta, de que el partido de vuelta de los octavos de final de la Champions League entre el Nápoles y el Barcelona no se dispute en el Camp Nou, aunque de momento no lo ha conseguido.