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Todo se hizo durante las Navidades y en la más estricta intimidad. Adama Traoré viajó a Barcelona para escuchar la oferta blaugrana y la propuesta deportiva a largo plazo que le iba a hacer su ex club. La operación venía trabajada a través de su agente, Jorge Mendes, pero Adama y su familia querían testar de primera mano lo que pensaba el club de él.
En el encuentro, con algún miembro del entorno familiar de Adama también, estuvo el presidente, Joan Laporta, quien convenció al futbolista para que regresara al Barça bajo unas condiciones muy favorables para el club. El encuentro, incluso, quedó inmortalizado con alguna fotografía, pero se guardó confidencialidad.
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La operación fue avanzando y el Barça decidió apretar la tecla en la última semana de mercado cuando ya existía el convencimiento absoluto de que Dembélé no iba a seguir en el club. Todo estaba atado y bien atado y la operación acabó de firmarse en un par de días. A Adama le han dejado claro que su apuesta no es solo de seis meses sino que se cuenta con él para el futuro. No hay muchos extremos en el mercado y el Barça cree que en el Camp Nou puede seguir creciendo.