Ronald Koeman vivió con satisfacción la noticia de que el CSD concediera el aplazamiento del Sevilla-Barça. Para el técnico supone un pequeño alivio, ya que varias circunstancias jugaban en contra del equipo si el partido se jugaba el sábado.
La primera, la resaca del parón de selecciones. Con varios internacionales todavía con sus selecciones, habría tenido muy pocos días para preparar un partido de la exigencia de un Sevilla-Barça en el Pizjuán.
Pero hay más: el equipo tiene ahora muchas bajas en la delantera. Sin Griezmann, de vuelta al Atlético de Madrid, el técnico disponía de Memphis y Luuk de Jong sanos, este último en pleno proceso de adaptación con muy pocos entrenamientos con el equipo.
A partir de aquí todo eran dudas: Braithwaite se recupera de unas molestias que sufrió en el partido ante el Getafe, Coutinho tiene el alta, pero estrenó convocatoria en la anterior jornada (se quedó sin jugar) y Ansu Fati, ya avisó Koeman, que no estaría ni ante el Sevilla ni contra el Bayern.
A los problemas para completar una delantera de tres se han sumado los problemas en el lateral derecho. Dest fue sustituido en el descanso tras sufrir un esguince en el tobillo y era duda para el sábado. También Sergi Roberto, una de las alternativas, está con problemas (una fisura costal) y Emerson fue traspasado al Tottenham en el último día de mercado.
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Así las cosas el nombre de Mingueza estaba cogiendo fuerza como una posibilidad real para jugar de lateral derecho en el Pizjuán. De confirmarse el aplazamiento del partido, Koeman podría respirar más tranquilo.