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La 'apacible' vida como seleccionador de Ronald Koeman cambió en agosto de 2020. Pasó de jugar un puñado de partidos al año y de tener largos periodos de descanso a meterse de lleno dentro de una de las instituciones más ajetreadas del mundo. Un FC Barcelona que venía de una temporada de lo más convulsa y de una sonrojante derrota ante el Bayern (8-2), muy tocado de moral. Ronald ha sido preguntado en la rueda de prensa previa al partido entre su equipo y Osasuna de este domingo en el Camp Nou sobre este primer tramo como técnico del FC Barcelona.
Y es que el neerlandés acaba de cumplir su primer 'centenario' al frente del cuadro barcelonista. Un centenar de días, claro. Suficiente como para hacerse una idea de cómo están las cosas, de ver cómo caía el presidente que había apostado por él, de ver cómo el emblema y la mayor leyenda del club quería marcharse...Movido, vaya.
"No me pongo notas, las dejo en vuestras manos. Es un momento delicado y hay que trabajar bien, y cambiar cosas cuando hay que hacerlo. He tenido cien días más tranquilos en otros clubes como entrenador. Pero el COVID nos marca limitaciones, pero estoy contento aquí, sabiendo que hay que ganar partidos. Tenemos siete antes de que acabe el año y si hay que reaccionar, es ahora", ha analizado Ronald.
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Poco después ha vuelto a ser preguntado sobre la misma cuestión y sobre los aspectos pendientes de mejora del equipo: "Si estamos en un partido con mucha intensidad y ritmo de balón, somos muy buenos. A veces bajamos, no sé si por tomarnos las cosas con más tranquilidad. El equipo necesita jugar desde una gran intensidad. En Kiev estuvimos defendiendo bien y cuando marcas, el rival baja en la última hora. Lo importante es dar un ritmo alto al balón desde el principio".