Jugar con Messi, garantía de victoria y goles

En pleno proceso de reconstrucción, el FC Barcelona busca aprender a ganar sin Messi. El argentino se había convertido en casi el único argumento ofensivo de los azulgranas, entregados a la magia del ahora jugador del PSG. Las estadísticas hablan por sí solas: el Barça tiene el mayúsculo reto de habituarse a ganar sin el rosarino. Ante el Benfica, el equipo de Koeman vive una situación no límite pero si trascendental, pues una nueva derrota pondría en peligro el acceso a octavos.

Con Messi, el Barça se acostumbró a salir airoso en prácticamente cada partido. Por más complicado que fuera. Especialmente hasta 2015, cuando el equipo de Luis Enrique conquistó el triplete. Después, es cierto que progresivamente ni Messi alcanzaba para superar a grandes rivales. Las debacles en Turín, París, Roma, Anfield o Lisboa así lo demuestran.

En los 149 partidos que disputó con el Barça en Liga de Campeones, Messi anotó 120 goles. Eso significa que él fabricó un 52.86% de los 227 tantos que logró el Barça en esos encuentros. Y sin contar asistencias, claro. Una auténtica locura de promedio: 0.8 goles por partido.

De esos 149 partidos, Messi marcó en 76 de ellos. Es decir, en un 51%. Más de la mitad de los envites de Messi con el Barça en Champions acabaron con al menos un gol del rosarino.

SINÓNIMO DE VICTORIA

A nivel colectivo, los números son abrumadores: con el argentino, el Barça ganó el 60,4% de los partidos en Champions. De un total de 149 envites, los culés ganaron 90, empataron 36 y perdieron 23 (un 15.4%).