Es una situación kafkiana. No acepta la oferta a la baja del Barça, pero tampoco tiene alternativa ya que su deseo de fichar por el PSG o el Chelsea no se confirma. A cuatro días de que finalice su contrato, el francés no quiere cerrar la puerta del Camp Nou pero tampoco se pronuncia públicamente.
Xavi espera pero el club desespera. Su falta de seriedad y coherencia asusta. Nadie entiende a qué juega Dembelé.