Riqui Puig está logrado darle la vuelta a su situación a base de tenerse fe. Y el primer objetivo ya lo ha conseguido: convencer a Koeman de que tiene sitio en esta plantilla y que puede ser útil.
Desde entonces, estas son sus cifras: 29' (Real Sociedad) y 23' (Athletic), en la Supercopa; 46' (Cornellà), 68' (Rayo) y 44' (Granada), en la Copa; 3' (Elche) y 0' (Athletic), en Liga.
El clic llegó en la tanda de penaltis de las semifinales de la Supercopa ante la Real:
-¿Quién tira el último para ganar?- preguntó Koeman.
-Yo- dijo Riqui Puig ante el asombro del técnico.
El de Matadepera lo transformó, pero todos fueron a abrazar a Ter Stegen.
Lo que ocurrió ahí no fue una escena cualquiera. Un chico de 21 años, criticado públicamente por su entrenador y con problemas de encaje en el vestuario, asumía un momento de máxima presión. Y no solo eso: convertía el penalti con una tranquilidad asombrosa. Así se gana uno el respeto de un vestuario de máximo nivel.
Ocurrió el 13 de enero. Y desde entonces su situación ha dado un giro importante. Puede que Koeman todavía esté marcándole de cerca (ante el Cornellà entró en el once y fue sustituido al descanso). Pero también le está dando minutos en situaciones límites. Cuando necesita un revulsivo, está recurriendo a él.
Ante el Elche, en Liga, marcó el 0-2 definitivo, a pesar de jugar solo tres minutos. No fue un gol cualquiera. Fue el primero con el primer equipo y de cabeza. "Ha sido surrealista. Mi ultimo gol de cabeza fue en el cadete A. Está siendo un año bastante difícil. No estoy acostumbrado a jugar tan poco, lo jugaba con el Barça B. Estoy siendo muy fuerte de mente, y siento la ayuda de todos mis compañeros", dijo tras el encuentro.
Protagonista ante el Granada
Así ocurrió también ante el Granada cuando entró al campo en el minuto 76 con 2-0 en el marcador. Con él en el campo, el Barça siempre encuentra un futbolista dispuesto a rebelarse a los finales mustios.
Se repitió el miércoles: Riqui pidió la pelota. Fue agresivo en defensa (4 recuperaciones). Y trató de que el Barça lograra la remontada. Los números lo dicen todo: En 44 minutos intervino en 80 ocasiones con un acierto en el pase del 97%.
Riqui fue importante en la recta final del tiempo reglamentario, cuando más difícil estaba todo, y en la prórroga, cuando el Barça mostró su mejor nivel. No solo por su precisión en el pase, también por su juego vertical.
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Sus mejores minutos coincidieron con la salida de Pedri, y De Jong recuperando la posición de mediocentro. Con él en el campo, el Barça marcó cinco goles. Y viendo las celebraciones, queda claro que Riqui Puig también ha dado un salto en el vestuario.