Vacío a un lado. Vacío al otro. Nadie sentado en ninguno de los 99354 asientos que tiene el Camp Nou. Pocos días después de que el estadio azulgrana celebrara sus 60 años de existencia, el Camp Nou vivió uno de sus días más tristes de su historia con la disputa del partido entre el Barça y la UD Las Palmas sin público en sus gradas.
En una decisión sin precedentes recientes, el Barça eligió jugar a puerta cerrada ante el conjunto canario como medida de protesta ante la negativa de la Liga de Fútbol Profesional de permitir el aplazamiento del encuentro ante la situación que se está viviendo en la Ciudad Condal y toda Catalunya durante este 1 de octubre. La desmedida actuación policial en todo el territorio "impidiendo el ejercicio del derecho democrático y la libre expresión de sus ciudadanos" -como citaba el propio club en un comunicado- no fue motivo suficiente para no jugar y eso provocó un hecho inédito en el club, que dio la espalda a su afición quizá en uno de los momentos que más lo necesitaba.
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La imagen de los 22 futbolistas jugando sin público en el Camp Nou quedará para la historia y a buen seguro que provocará reacciones de todo tipo. La primera, la dimisión del vicepresidente azulgrana Carles Villarrubí.