Ilaix Moriba salió por segunda vez esta temporada como titular en la Liga frente al Granada. El canterano fue el elegido para ocupar la posición de Pedri, quien tuvo descanso por la acumulación de partidos, y le tocó batallar con la rocosa e incómoda medular del Granada.
Ilaix salió con muchas ganas y fue de los primeros en buscar la verticalidad en pleno dominio blaugrana. Una de sus misiones era descolgarse en ataque y pisar el área contraria. El centrocampista ayudó a estirar al equipo, si bien le costó encontrar espacios y exhibir su remate.
Participación en el gol
Su constancia le permitió crear suficiente desconcierto en la zaga granadina en la combinación entre Griezamnn y Messi para que el argentino abriera el marcador. Moriba dejó pasar el balón por su costado para que llegara a los pies de Leo, quien definió con un tiro cruzado. El propio jugador había recuperado el balón, que posteriormente condujo Busquets y finalizó Messi tras combinar con Griezmann.
Ilaix no tuvo más oportunidades para el lucimiento personal. Era un partido de trabajo en el que debía fajarse y le sirvió, sin duda, para curtirse. Fue una buena prueba de lo duro que puede ser el fúbol profesional, saliendo desde el inicio y no cuando los partidos están más maduros en las segundas partes.
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El gol de Granada obligó a un cambio de planes y Moriba fue reemplazado por Pedri para la recta final. Fue un día difícil, con un desenlace fatídico, pero de los que también se aprende.