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"Cada semana pasa algo, me meten en una polémica con Leo, dicen que me voy en enero, un candidato a la presidencia dice que no me habría fichado... no puedo disfrutar”.
El pasado mes de noviembre Antoine Griezmann habló de verdad. No estaba disfrutando y aquello se notaba en el campo. Hasta entonces era el gran enigma del Barça. Hasta entonces había preferido aislarse de todo lo que se decía de él. Y cuando hablaba tiraba de lugares comunes y perfil bajo.
Algo cambió en la entrevista a Valdano. "Es hora de poner las cosas en su sitio, porque llevo tiempo aguantando cosas y comentarios y ya dije que ya basta”. Griezmann contó su verdad y aquello fue una liberación.
Unos días después Valdano explicaba su sensaciones. "A Griezmann le preocupa que nadie enturbie su relación con Messi".
Griezmann crece en el último mes
| VALENTÍ ENRICHEra algo que se podía percibir. El francés estaba incómodo con todo lo que se decía de su relación con el argentino desde que fichó. A esa presión externa había que añadir un rol indefinido en el equipo y una posición que sentía que le perjudicaba.
Pero algo cambió tras aquella entrevista. Quedó claro en los siguientes partidos y el propio Valdano bromeó con el asunto. Explico el argentino que le había dado tres consejos.
"Si recibes dentro del área, párala con la pierna derecha y crúzala con la izquierda [Dinamo de Kiev]. Si estás fuera del área y una pelota te cae desde el cielo, pégale de volea y clávala en el ángulo [Osasuna]. Si recibes un centro raso y estás en el primer palo, resuelve con un taconazo seco por debajo de las piernas del portero [Ferencvaros]".
Aún con el 4-2-3-1, Griezmann disfrutó de varios partidos como mediapunta. En la posición que explotó con el Atlético y Francia. Y ahí jugó algunos de sus mejores partidos con el Barça.
Griezmann marcó el segundo del Barça
| Javi FerrándizVolver a empezar
Aquello fue un espejismo, y de vuelta al 4-3-3, Griezmann parecía volver a la situación de su primera temporada. De nuevo a la banda izquierda. Con Messi de falso nueve y Dembélé por la derecha.
Ocurrió el pasado mes de diciembre ante el Levante tras el desastre ante la Juventus. Aquello parecía perjudicar a Griezmann pero el francés ha ido creciendo al mismo ritmo que el equipo.
Y lo ha logrado donde nadie lo esperaba: en la banda izquierda. Y en un mes de enero que ha sido el del gran cambio. Cinco goles (tres en la Liga y dos en la Supercopa) y cuatro asistencias.
Koeman ha usado a Griezmann en todas las posiciones del ataque, pero nadie esperaba estas cifras en la banda izquierda
El Barça ha encontrado una estructura a partir de la solidez de Araujo y las sinergias entre De Jong, Pedri y Messi. A partir de ahí jugadores como Dembélé y Griezmann han dado un salto en su rendimiento.
El ex del Atlético suma esta temporada 10 goles y seis asistencias en 28 partidos. Pero más allá de los números, el gran cambio es que está disfrutando.
Solo hace falta ver cómo celebra los goles o cómo conecta con Messi en el campo. También ha contribuido a su mejoría la presencia de Dembélé, un jugador con el tiene muy buena sintonía dentro y fuera del campo.
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No es el Griezmann del Atlético ni el de Francia, porque juega en otra posición y tiene un rol distinto. Pero sí la versión que necesita de él el Barça con Messi en el campo.