El fichaje de Francisco Trincao por el Barça, club en el que aterrizó el verano de 2020 tras sellar su traspaso meses atrás, en enero del mismo año, tiene muchos números de dar beneficios económicos a la entidad blaugrana. La operación, estructurada desde su cesión al Wolverhampton y pulida tras la llegada de Adama Traoré al Camp Nou, deberá ejecutarse al término de la presente temporada.
El portugués supuso para las arcas del club un desembolso de 31 millones de euros que ingresó el Sporting de Braga. Sin embargo, ocho de esos millones se descontaron de la cláusula de compra obligatoria pactada en la cesión de Abel Ruiz a los lusos. La última parte de la ecuación debe producirse el próximo verano, cuando los Wolves ejecuten su opción de compra, valorada en 30 millones. De esta manera, más allá del beneficio generado por el canterano Abel Ruiz tras su marcha, el Barça recuperaría la inversión realizada por Trincao y ganaría sustancialmente con la operación.
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Eso sí, la salida definitiva del extremo estará ligada al fichaje de Adama por el Barça, cuya opción de compra tras media temporada de cesión está valorada con la misma cifra que el traspaso de Trincao.