Girona-Barça: un doble 2-4 que hirió el ego del barcelonismo

Aunque en el Barça nadie quiere hablar de revancha, la realidad es que en el vestuario azulgrana hay ganas de colocar las cosas en su sitio tras el mal trago que pasaron los culés en los dos derbis del curso pasado contra el Girona. Los de Míchel se llevaron ambos envites por un doble 2-4 y provocaron heridas tanto internas como externas en un barcelonismo herido en el orgullo.

El hecho de que haya habido un relevo en el banquillo del Barça enfría una hipotética sed de venganza. Además, buena parte de los actores que se calzarán esta tarde las botas ni siquiera vivieron aquellos dos encuentros. En el primero, el Girona castigó en Montjuïc los desajustes azulgranas en la presión para lanzar un sinfín de transiciones peligrosas con Miguel Gutiérrez por dentro como movimiento sorpresa del técnico madrileño.

Los gerundenses tomaron Montjuïc con un contundente 2-4 que provocó opiniones diversas tras el pitido final. Mientras hubo quien habló de baile del Girona, Xavi Hernández recordó las incontables ocasiones -hasta 11 tiros a portería- que tuvo su equipo para empatar. Con 2-3, Lewandowski falló un gol cantado en el tiempo añadido justo antes de que Stuani pusiera el 2-4 definitivo.

El Barça se desmoronó en Montilivi cuando ganaba 1-2

Aquello fue en diciembre y ambos elencos volverían a verse las caras en mayo de este año en Montilivi. El equipo de Xavi, que había sido ratificado poco antes, buscaba un triunfo que dejara sentenciada la segunda plaza en Liga, posición que permitía jugar la Supercopa de España.

Pese al tanto inicial de Christensen y al 1-2 de Lewandowski, los de Míchel reaccionaron tras el descanso y acabaron logrando otro 4-2 que castigaba la imagen del conjunto azulgrana, desmoronado a partir de un error de Sergi Roberto que provocó el 2-2 de Portu. "Es un golpe duro", admitió el preparador egarense.

El principio del fin

Aquella tarde, en el mismo Montilivi, las cámaras de televisión captaron una escena de la cúpula directiva del Barça visiblemente molesta con lo ocurrido sobre el césped. Aquellas imágenes fueron, en realidad, el inicio de todo lo que sucedería los días después hasta acabar con la destitución de Xavi y la elección de Hansi Flick como nuevo entrenador.