El fichaje de Pierre Emerick Aubameyang por el Barça estuvo rodeado por el suspense porque se firmó sobre la bocina, cuando el mercado de invierno estaba a punto de cerrarse. El proceso tuvo su miga, porque el jugador de Gabón, que estaba cerrando los flecos para salir del Arsenal, viajó a Barcelona ese mismo día, el último en el que se podían inscribir jugadores en el tramo invernal.
La operación no fue fácil y tuvo un protagonista oculto: se trató de Iñaki Ibáñez, representante de jugadores, que mantiene una muy buena relación con Mikel Arteta, el entrenador del Arsenal con quien Aubameyang había tenido algún que otro desencuentro.
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A instancias de Mateu Alemany, que se puso en contacto con él para pedirle que ayudase a facilitar la operación, Ibáñez llamó a Arteta y le pidió que no pusiese trabas a la salida de Aubameyang. Así fue: esa llamada fue decisiva para que el delantero gabonés quedase desvinculado de manera definitiva del Arsenal y pudiera firmar por el Barça en condición de agente libre el último día de mercado.