En los campos anexos al Mini Estadi no se recordaba tanta expectación en mucho tiempo. El motivo: la presencia de Gabriel Muniz. El niño brasileño que nació sin pies por una malformación genética culminó un martes de ensueño ejercitándose junto a otros niños de la FCB Escola.
Gabriel, que el día anterior había disfrutado en directo del Barça-Celtic en el palco del Camp Nou, pudo saludar por la mañana a los cracks del Barça y al 'staff' técnico y conversar junto a ellos, donde ya dio muestras de su simpatía y desparpajo. De hecho, se permitió el lujo de tirarle un 'caño' a Leo Messi, que sacó la sonrisa al mejor jugador del mundo. Por la tarde, en los campos de entrenamiento anexos al Mini Estadi, tampoco defraudó.
Tras posar ante los medios de comunicación y con su familia en un discretísimo segundo plano, Gabriel se ejercitó ilusionado junto a otros niños de la FCB Escola, vestido de azulgrana, como su gran ídolo, Leo Messi. Fue en ese preciso momento cuando más empezó a brillar la estrella del niño brasileño. Gabriel sorprendió a los presentes por sus condiciones técnicas y su descaro a la hora de pedir el balón y participar como cualquier otro compañero.
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Buenos controles, varios 'slaloms' e, incluso, algún remate inverosímil sirvió para que el repertorio de Gabriel pusiera en evidencia que el fútbol, como muchos otros deportes, no tiene por qué entender de barreras, y más aún cuando ante el balón se encuentra todo un ejemplo de sacrificio como el joven brasileño, que se ganó a pulso los elogios de los presentes. "Es un milagro", se llegó a escuchar desde la banda del campo de entrenamiento. Una milagrosa realidad. La que vivió Gabriel empapándose de barcelonismo junto a otros pequeños de su edad emulando a sus grandes ídolos.