Baño de Champions antes del clásico

Por muy fácil que pudiese parecer este duelo contra el St.Pölten, colista del grupo, el Barça tenía claro que lo tenía que hacer muy bien para llevarse no solo una victoria sino una goleada, porque cada tanto puede acabar siendo determinante para luchar por la primera plaza del grupo. 

Las azulgranas, ante un conjunto austríaco encerrado atrás completamente -y con una plantilla muy justa, solo con cuatro suplentes y dos de ellas, porteras, por lesiones de última hora-, tardaron poco más de media hora en estrenar el luminoso. Lo bueno se hace esperar, que dicen, y una vez llegó el primero, cayeron seis más sin piedad. 

“No quiero etiquetar a las jugadoras como titulares o suplentes, ni hablar de rotaciones”, dijo Pere Romeu en la previa. Sin embargo, sí dio descanso a las más habituales, tanto en el primer tiempo -Alexia, Graham, Patri, Mapi, Paredes- como en el segundo -Pajor, Aitana, Ona Batlle y Walsh-. 

Para atacar el bloque bajo que había planteado Celia Brancâo -no tenía muchas más opciones, aunque sí logró plantar cara al City en Austria-, el técnico azulgrana utilizó a Ona más como extremo que como lateral. Y Jana, que va sumando minutos y volvió a firmar otra gran actuación, jugaba como tercera central en fase defensiva y como carrilera en ataque, con buenos centros laterales. 

Cinco goles en doce minutos

Después de un par de disparos a puerta del Barça, uno de Kika desde el interior que salvó Schlüter con una gran mano y otro de Ona que también atajó la guardameta alemana en este caso sin problemas, de un remate con la cabeza de Vicky que se marchó fuera por poco y un palo de Pina, que hizo otro en el segundo tiempo, Pajor marcó el primero. La polaca solo tuvo que poner el pie para desviar la trayectoria de un centro de Ona 

Y fueron cinco goles en doce minutos. El segundo lo marcó Kika, cada vez más cómoda en los esquemas de Pere Romeu. La portuguesa recogió un balón suelto tras un centro lateral de Aitana para disparar con fuerza hacia el fondo de la red. Y la de Sant Pere de Ribes, con un aparatoso vendaje en el muslo solo por prevención, hizo el tercero con un remate a bocajarro tras un despeje de Schlüter. 

Keira Walsh anotó el cuarto, un golazo desde la frontal -le está cogiendo el gusto a marcar golazos, como ante el Madrid CFF-, y lo celebró con el puño, con algo de rabia. Y Pina, el quinto al filo del descanso, con un remate acrobático a lo Johan Cruyff. Tiene sangre azulgrana. 

Se divertía la afición culé -2.852 aficionados presenciaron el duelo en el fortín de las vigentes campeonas, a pesar de la hora y la lluvia, que provocó un tráfico impropio en esta zona- y también se gustaba el Barça. La colegiada señaló penalti por una falta sobre Ona Batlle en el área del St. Pölten y, con Alexia calentando en la banda y Rolfö, lesionada, en la grada, la encargada de ejecutarlo fue Pina, que no falló y marcó su doblete particular. 

Y Graham se sumó a la fiesta

Pudo hacer más el Barça, pero bajó un pelín la intensidad. Pere Romeu dio entrada a Alba Caño, que se estrenó en la Champions, y Graham dijo que la fiesta no había acabado, que ell también quería participar. Tras un primer disparo lejano que se marchó rozando el larguero, sí la metió en la segunda, a pase de Patri. Y qué golazo de la noruega… 

Uno más y otra goleada más. Este Barça, también con rotaciones, aunque Pere Romeu no quiera hablar en estos términos, por respeto, es cada vez más el Barça que disfruta, hace disfrutar y que aspira a ganarlo todo. Paso a paso