Ferran Torres vuelve a Mestalla con el escudo del Barça y corazón che

Ferran Torres vivirá este domingo una cita muy emotiva en Mestalla. Será la primera vez que regrese a casa después de su salida en verano del 2020. El Valencia traspasó al jugador por 25 millones de euros más otros 12 con variables al Manchester City después de que ambas partes no llegaran a un acuerdo para la renovación. Una marcha que dejó mal sabor de boca a un futbolista cuyo sueño de infancia era triunfar con la camiseta che.

Ferran había debutado con el Valencia a los 17 años de la mano de Marcelino García Toral y después de tres temporadas en el primer equipo sus caminos se separaron. Mateu Alemany, actual director de fútbol del Barça, apostó por él y lo renovó de juvenil hasta en dos ocasiones, la última de ellas con una cláusula de 100 millones de euros.

La marcha de Mateu Alemany dejó al jugador sin su principal valedor y ya no hubo la misma sintonía con la propiedad de Singapur. Ferran acababa contrato en 2021 y en verano del 2020 se debía tomar una decisión: vender o renovar.

César Sánchez era entonces el director deportivo, pero las cuestiones de relevancia estaban en manos de los propietarios encabezados por Peter Lim. El propio Ferran, nada más fichar por el Manchester City, habló muy claro en una entrevista a 'Marca' donde ofreció todos los detalles de la compleja negociación. "Mi agente recibió el 24 de febrero del 2020 por mail una oferta que no cumplía nada, que previamente ya habíamos respondido, y a cambio recibimos una especie de presión...Por decirlo de manera amable".

Condiciones para sentirse valorado

Ferran añadió que "me sorprendió mucho la atención que el propietario no se involucrara, como había hecho con otros compañeros". Entonces, el futbolista puso todas las cartas sobre la mesa y tres condiciones para renovar: "Que se involucrara en mi renovación Peter Lim para demostrarme que yo era importante para el club. Otra era ser capitán, que era mi sueño, porque había visto como otros clubs habían hecho eso con los jóvenes de la casa, como Oyarzabal o Fernando Torres, para retenerlos. Y la tercera era estar entre los jugadores mejor pagados de la plantilla. Eran dos de tres... Y ninguna se cumplió".

El acuerdo fue imposible y Ferran se marchó de Valencia entre división de opiniones entre los aficionados. Los que le pedían fidelidad a toda costa y los que acusaban a los dueños del club de solo querer hacer negocio. Una controversia entre el sentimiento y el fútbol como empresa que continúa en la capital del Turia.

Marcelino era el entrenador y tampoco le daba todos los galones. En este sentido, el actual técnico del Athletic se escudó recientemente en que "nadie dudaba de su capacidad, solo tenía que formarse. Teníamos una buena relación de exigencia. Quizá pensaba que podía jugar más conmigo, pero en el trato personal no puede decir nada".

Su sentimientos

Su marcha levantó mucha polvoreda, aunque Ferran siempre ha dejado claros sus sentimientos. En una entrevista a Universo Valdano explicó que "para mí el Valencia es mi club. El día de mañana me gustaría poder volver". Del mismo modo, el futbolista confesó en Radio Marca que "fue una salida dura. Me dolió a mi y a mi familia. No fue plato de buen gusto".

Torres vibraba con el Valencia. Con 8 años se desplazó con los suyos a Madrid par ver a su equipo ganar la Copa del Rey del conjunto de Koeman ante el Getafe. Desde los 6 años había vestido la misma camiseta con mucho orgullo y pasión.

El domingo saltará a Mestalla con el escudo del Barça -el club no tendrá más descuidos en el estampado- y con su corazón siempre che. Su espíritu competitivo le llevará a darlo todo para ganar por el FC Barcelona y la reacción de la grada, de su gente, quizá no sea tan comprensiva como marcan sus sentimientos.