Sus lágrimas ante el Nápoles reflejan su carácter: autoexigencia y ambición. Empujó para venir, se rebajó el sueldo, salió de una lesión grave y se contagió de Covid-19. Excusas, cero.
Entrena en su día libre, se ha montado un gimnasio en casa y se mata por mejorar. Pregunten a Pep, a Lucho y Xavi. Spoiler: Ferran Torres conquistará el Camp Nou.