Marc André Ter Stegen es uno de los jugadores más destacados del Barça en Balaídos, al haber protagonizado varias acciones de mérito ante los remates de los rivales.
Pero su acción más espectacular fue la parada mano cambiada que realizó a la media hora de juego: Brais Méndez remató un balón muerto en el punto de penalti y cuando su entrenador, Juan Carlos Unzúe, ya cantaba gol, apareció la mano de Ter Stegen.
El portero alemán se elevó para flotar en el aire y detener el balón de Méndez con la mano derecha, mientras se tiraba hacia su palo izquierdo.
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El meta alemán, que ha encajado 18 goles en la Liga, pelea por ganar el Zamora con Oblak, del Atlético de Madrid, que ha encajado dos goles menos.