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Las lesiones de Piqué y Sergi Roberto provocan que Koeman tenga que hacer malabarismos en los partidos más inminentes, pero igualmente el Barça tendrá que acudir al mercado sí o sí. La situación económica es muy compleja, pero la deportiva también y se deberá activar algún plan o el equipo corre el riesgo de caerse todavía más.
El plan ideal sería la incorporación en enero de Eric García, el gran objetivo del club y que, de no llevar en invierno, lo haría en verano. El problema es que el Manchester City no lo va regalar y el Barça no parece en disposición de afrontar un traspaso, a no ser que active antes una venta.
Por tanto, la dirección deportiva puede verse obligada a activar un plan B. Esta idea se movería en dos vertientes, fichar a un jugador de forma inmediata -para ello debería estar en el paro- o esperar en enero y lograr una cesión o la incorporación de un futbolista que obtenga la carta de libertad de su actual club.
El Barça dispone de una ficha libre, por lo que podría sumar de forma inmediata a un defensa que estuviera en el paro. La pandemia y la crisis del mercado dejó a varios jugadores sin equipo y el la dirección deportiva valorará si realmente existe un jugador con un nivel competitivo aceptable para que sea aceptable.
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De frustrarse esta opción, el Barça esperaría a enero y cerrar una operación al estilo de Jason Murillo en enero del 2019. El club blaugrana logró su cesión por parte del Valencia, con una opción de compra a final de temporada. El Barça apenas utilizó al jugador, pero contó con un efectivo más y al final no ejerció la opción.