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Episodio piloto en Montjuïc superado con satisfacción... y deberes importantes

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El balance del FC Barcelona del primer partido oficial en el Estadi Olímpic Lluís Companys es positivo, pero el club azulgrana ya sabe que hay varios asuntos que debe corregir

Los problemas de visibilidad en algunas zonas de la grada y las colas en los bares, los principales problemas a solucionar

El Barça aprobó en su estreno en Montjuïc, pero debe mejorar el dispositivo / | AFP

Menos de dos semanas después del test del Gamper, el FC Barcelona inició este domingo, ante el Cádiz, su estancia provisoria en Montjuïc. El Estadi Olímpic Lluís Companys acogió el primer compromiso oficial con una entrada de 39.603 espectadores, aproximadamente un 80% de su capacidad. Todos los comienzos son complicados y, evidentemente, hay muchas cosas por mejorar y modificar. El balance del club azulgrana de la primera tarde en su nueva casa, sin embargo, es positivo.

Y eso que había varios ‘hándicaps’. La fecha (pleno periodo vacacional), las elevadas temperaturas y el rival, poco apetecible, no ayudaban a alentar al barcelonismo a acudir a Montjuïc para ‘empujar’ al equipo de Xavi Hernández hacia la primera victoria de la temporada. La mayoría de los seguidores utilizaron las escaleras mecánicas para llegar al estadio; el ‘parking’ de motos, con capacidad para 3.500 vehículos, no se llenó. Cabe recordar que, desde tres horas antes del inicio del encuentro, estaba prohibido acceder a la zona con coche.

Los periodistas que intentaron llegar al Estadi Olímpic en taxi se quejaron al club de la cantidad de explicaciones que los conductores tuvieron que dar a los miembros de seguridad para poder acercarse al centro de acreditaciones. Mucho más fluido fue el proceso de repartir los pases a todos los profesionales de la comunicación. La mayoría de ellos comparecieron con unas dos-tres horas de antelación para evitar cualquier problema de logística y recibieron sus credenciales sin necesidad de esperar demasiado tiempo.

Sí que hubo un problema con las colas, en cambio, en los bares del estadio. Los aficionados tuvieron que esperar entre 20 y 30 minutos para poder comprar refrescos. Hay menos localidades donde adquirir comida y bebida que en el Camp Nou y, aunque la asistencia también fue menor que en el templo azulgrana, los seguidores tuvieron que tener paciencia. Tanto antes como después del partido, cuando los culés quisieron devolver el vaso para recuperar el euro que pagaron por él, los tiempos de espera fueron demasiado elevados. La junta directiva de Joan Laporta tiene casi un mes (el próximo encuentro en Montjuïc no tendrá lugar hasta el fin de semana del 16 y 17 de septiembre) para encontrar una solución a esta cuestión.

Uno de los temas que más preocupaba al club sobre el traslado al Estadi Olímpic era el referente a la Barça Store, cuya facturación era considerablemente elevada en el Camp Nou. Especialmente en días como el de ayer, con amplia presencia de seguidores extranjeros. Aunque en ningún caso se podrán igualar las ventas de antaño, la entidad ha intentado remediar esta pérdida de ingresos con la instalación de algunos estands para vender productos oficiales del FC Barcelona dentro del campo. En un momento complicado a nivel financiero, cualquier ayuda es bienvenida.

Problemas de visibilidad

Cuando empezó el encuentro y todos los aficionados habían ocupado sus localidades, sorprendió que las butacas de las primeras filas estuvieran vacías. Un servidor se desplazó hasta dichas zonas para corroborar que el motivo no era otro que el de la nula visibilidad. El Barça debe solventar este problema por dos razones básicas: no puede ofrecer un mal producto por un precio tan elevado (los precios más bajos eran de unos 70 euros) y está obligado a cumplir con las obligaciones de LaLiga en cuanto a la denominada ‘grada televisiva’.

A nivel ambiental, la respuesta de la afición fue buena. Los seguidores, liderados por la Grada d’Animació –incansable pese a la reducción de localidades que ha sufrido–, no dejaron de animar al Barça. Un hogar no se siente como propio hasta que se fabrican recuerdos en él, pero los de Xavi se sintieron en casa. El propio entrenador egarense manifestó su satisfacción en rueda de prensa. “¿Un ambiente desangelado? No, todo lo contrario. Ya dije que necesitábamos a los nuestros y para mí es muy positivo que hayan venido 40.000 espectadores”, reflexionó ante los medios de comunicación.

 

Superada la primera prueba, toca analizar todas las quejas recibidas y los inconvenientes detectados y seguir trabajando en la confección del mejor dispositivo posible para convertir el Estadi Olímpic Lluís Companys en un fortín y hacer que, para la masa social, el traslado temporal sea lo más llevadero posible.