El dilema que viene en el Barça con De Jong

Poco a poco, la enfermería del FC Barcelona se va vaciando. Después del parón de selecciones de octubre, Hansi Flick recuperará para la causa a efectivos muy importantes como Dani Olmo, Gavi o Fermín, mientras que Frenkie de Jong no viajará con Países Bajos y, por consiguiente, tendrá una buena oportunidad para ponerse a tono tras reaparecer contra el Young Boys el pasado martes en Montjuïc.

Si las recuperaciones de todos los futbolistas mencionados evolucionan según la previsión del club azulgrana y el ‘virus FIFA’ no afecta a los internacionales culés, escenario que vistos los precedentes podría parecer idílico, a partir del mes de noviembre la nómina de centrocampistas que Flick tendrá a su disposición aumentará en cantidad y, evidentemente, en calidad. De hecho, si no hay demasiados contratiempos lo más normal es que el técnico teutón pase de tener que hacer malabarismos para armar la medular a encontrarse con un bendito dilema.

Tras la grave lesión de Marc Bernal, Casadó, Pedri y Pablo Torre han sido los principales protagonistas del centro del campo del Barcelona. Eric Garcia también ha ejercido de pivote de circunstancias porque el equipo lo ha necesitado. Raphinha, extremo por naturaleza, también ha ocupado demarcaciones interiores para que todas las piezas del rompecabezas ‘encajaran’. Todos ellos han rayado a un gran nivel, pero es evidente que el regreso de Frenkie, Olmo, Gavi y Fermín otorgará un margen de maniobra mucho más amplio.

Todo apunta a que el neerlandés asumirá tareas de mediocentro posicional para aprovechar el despliegue del palaciego y la llegada del egarense y el onubense, pero estamos hablando de jugadores muy versátiles cuya posición irá variando en función de las combinaciones que elija Flick. Las rotaciones serán mucho más habituales que en los primeros compases de la campaña y el impacto de cualquier lesión o sanción, siempre moviéndonos en este contexto ideal, será prácticamente nimio.

Gestión de vestuario

El ‘problema’ vendrá, por positivo que sea, cuando lleguen los partidos importantes. Todo futbolista quiere jugar los encuentros trascendentes a nivel deportivo, por extensión (generalmente) los de mayor expectación mediática. Afortunadamente para Flick, el duelo de Champions League contra el Bayern y el clásico liguero ante el Real Madrid en el Santiago Bernabéu llegarán demasiado pronto para que los jugadores recién recuperados hayan recuperado el ritmo competitivo. A partir del mes de noviembre, la gestión del vestuario se complicará mucho para el entrenador blaugrana.

El mundo del fútbol es efímero y todo puede cambiar en cualquier momento, pero ahora mismo la realidad es que Casadó y Pedri se han ganado el privilegio de formar del once de gala del Barça y, por consiguiente, solo queda una vacante, pues el tridente ofensivo formado por Raphinha, Robert Lewandowski y Lamine Yamal, que suma 31 goles y 21 asistencias en 10 compromisos, es intocable por razones obvias.

Un caso especial

En este sentido, la figura más delicada es la de Frenkie de Jong. El centrocampista neerlandés ha vivido en una montaña rusa futbolística desde que llegó en 2019 y no ha llegado a 'despegar' ni satisfacer las enormes expectativas que se generó con su fichaje, pero no es menos cierto que cuando ha estado en buenas condiciones físicas siempre ha sido indiscutible. De Valverde a Xavi, pasando por Setién y Koeman, todos los entrenadores culés confiaron en su talento y no titubearon a la hora de considerarlo titular.

Ahora, tras su reaparición, se abre el debate sobre la importancia de De Jong en la plantilla. Y varios interrogantes. ¿Cuál es la mejor posición para Frenkie de Jong? ¿Es mejor pivote que Marc Casadó? ¿En qué altura del campo puede brillar más? ¿Es compatible en un mismo once con Pedri y Olmo, dos piezas clave del Barça de Flick? Solo el tiempo,

Todo ello en un contexto enrevesado en cuanto a la relación del neerlandés con el club y su dirección deportiva. Cabe recordar que Frenkie tiene contrato con el Barça hasta junio de 2026, por lo que sin ninguna duda el próximo verano su nombre volverá estar encima de la mesa como posible salida para evitar que meses después pueda salir con la carta de libertad.