Son varios los jugadores del Barça que aprovecharon el partido de Kiev para reivindicarse. Lo hizo, y de qué manera, Sergiño Dest. El estadounidense rindió a un nivel sobresaliente y demostró que tiene todo lo necesario para adueñarse del carril derecho azulgrana durante la próxima década. Convertirse en el nuevo Dani Alves son palabras mayores, pero acabar con el cásting de laterales en el que vive el equipo tras la marcha del brasileño sí parece un objetivo al alcance del ex del Ajax.
En Ucrania, Sergiño lo hizo todo y siempre con acierto. En defensa solventó las pocas situaciones comprometidas que tuvo. A pesar de ser un jugador ofensivo, su capacidad física le permite multiplicarse y recuperar rápidamente la posición. Su perfil ‘explosivo’ le convierte en un gran antídoto ante transiciones rápidas del rival. En ataque, Dest hizo todo aquello que le ha llevado hasta el Barça.
El lateral, más liberado para incorporarse a discreción ante la ausencia de Jordi Alba, hizo bueno el tópico de que la clave de un carrilero es aparecer y no estar. Entrando siempre en velocidad, Dest generó por fuera y también por dentro. De hecho, su gol llegó tras acompañar en el área una acción de Braithwaite.
El lateral estuvo especialmente brillante en la segunda mitad, cuando encontró más espacios. Ofreciéndose una y otra vez en la derecha, Sergiño generó varias acciones de peligro, sobre todo un pase de la muerte a Riqui Puig que el canterano no pudo convertir. Tan a gusto estaba el americano que hasta se permitió una elástica. Antes del final, todavía tuvo tiempo y confianza para atreverse con un disparo desde fuera del área que se marchó alto por poco.
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Es cierto que el Dinamo de Kiev no fue un rival de máxima exigencia, pero la actuación de Sergiño Dest permite pensar que el carrilero puede tener una larga trayectoria en el Barça. Si a sus 20 años y tantos aspectos por pulir ya rinde a este nivel, a medio plazo puede ser una pieza muy importante para el conjunto azulgrana.