En el caso Dembélé se puede aplicar un principio científico: Cuanto más lejos está de su agente, más cerca está el Barça, y viceversa. Cuando Moussa Sissoko apareció en las negociaciones de renovación, todo se torció, y Dembélé tenía los dos pies fuera el club.
Casualidad o no, cuando el agente ha desaparecido de la escena, el Barça ha recapacitado, Xavi ha vuelto a contar con Dembélé, el futbolista ha sacado lo mejor de si mismo y las dos partes están otra vez cerca de poder hablar. La sensación es que si solo fuera por el futbolista ya habría renovado.