Ousmane Dembélé fue, desde los prolegómenos del Barça-Real Betis, el centro de atención del Camp Nou después de que Ernesto Valverde castigara su falta de actitud dejándole fuera de la lista de convocados.
Así, aficionados, periodistas y cámaras lo siguieron continuamente y el delantero francés no se libró de los comentarios, una vez más, por su tendencia a la impuntualidad.
Si al principio del partido algunos medios especularon con su ausencia en el Camp Nou -el club se aseguró de que se acabara con esta especulación con tiempo-, tras el descanso todo el mundo pudo ver cómo llegaba a su asiento con retraso y el segundo tiempo ya en juego.
En una tarde en la que el Barça se vio sorprendido por el Real Betis y los nervios estaban a flor de piel en el césped y en la grada, Dembélé mostró su habitual aspecto un tanto apático e indolente, como si la cosa no acabara de ir con él.
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En todo caso, la esperanza en el club es que Ousmane reaccione y cuanto antes se ponga las pilas pues nadie duda de su talento y su calidad y esas virtudes siempre son necesarias en cualquier equipo; pero también el compromiso y el sacrificio...