Cuando, al filo del pasado mercado veraniego, el Barça decidió ceder a Abde Ezzalzouli a Osasuna pocos imaginaban que lo acabarían echando mucho de menos. Más ahora con la lesión de Ousmane Dembélé en pleno tramo decisivo de la temporada. Empecemos por la irrupción del marroquí y por la evolución de ese 'Erasmus' (más bien beca Séneca, que creo que es la que se da cuando te mueves de universidad en España) en Pamplona.
Abde está a un nivel muy alto. Hasta última hora se dudaba entre que saliera al Elche, el equipo de su ciudad, o que pusiera rumbo a Osasuna. Sin duda, el fútbol con el que Arrasate comulga le ha venido como anillo al dedo. Fútbol vertical, de extremos, de jugar con una referencia arriba. Su progresión ha sido imparable. Empezó teniendo un rol claramente de revulsivo, jugando 15-20, 25 minutos por partido. Pero en las últimas semanas ha sido titular en cuatro de los últimos siete partidos. Y no solo eso, sino que ha sido providencial en la histórica clasificación del cuadro 'rojillo' para las semifinales de Copa del Rey.
CONFIANZA DE JAGOBA
El marroquí anotó el 2-1 en la prórroga contra el Sevilla, una acción repleta de clase en el recorte y la definición. Jagoba mantuvo la confianza en él frente al Atlético y repitió con otro partido mayúsculo. Volvió loco a Nahuel y completó 77 minutos que rozaron la perfección. Encarando, con confianza. Disfrutando al máximo del partido.
Eso nos lleva al contexto actual del Barça. Xavi se encuentra sin Dembélé durante cinco semanas, su principal agitador y uno de los futbolistas más desequilibrantes de la Liga sin duda. Memphis se ha marchado al Atlético y Ferran, Ansu y Raphinha no terminan de rendir. El de Terrassa tiene a cuatro jugadores para tres posiciones. Y lo más alarmante, la falta de desequilibrio, de desborde, de imaginación.
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Sin duda, un vació que podría ocupar Abde. Pero obviamente hay un contrato vigente y una negociación 'imposible' con Osasuna. Es la típica tesitura de los cedidos. Si explotan, puedes arrepentirte de haberlos dejado ir, pero al mismo tiempo se revalorizan. Y si sigue a este paso no le faltarán ofertas jugosas al Barça en verano por el atacante. La cláusula, por cierto, es de 200 millones.