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Dembélé demostró ante el Bayern que no es el jugador que se fichó a precio de crack. Tiene clase y talento, pero no es determinante, tiene poco gol. Comienza a estar claro que no va a renovar, contempla ofertas mejores, es un caso perdido.
Le guía el dinero y el Barça no puede hacer más locuras por él. El drama es que con 24 años se irá gratis y costó 140 millones.