A los 16 años, Dani Olmo tomó una decisión que marcaría su carrera por completo. Asentado en La Masía, recibió una llamada desde Croacia en la que le comunicaron el interés del Dinamo Zagreb. Sin pensárselo dos veces, el centrocampista aceptó la oferta. Ahora, en un escrito para The Players Tribune titulado "¿Qué tan hermoso es el fútbol", el internacional español ha hablado sobre esta valiente decisión.
"Mi historia comienza en Terrasa, y se inicia con un balón". Desde una temprana edad, Dani Olmo vivía por y para el fútbol, sin importarle nada a su alrededor. Para ilustrar esta obsesión, ha explicado su primer encuentro con Leo Messi. "Una vez, antes incluso de formar parte de La Masía, acompañé a mi padre mientras dirigía un partido en Castelldefels. Tenía 8 años. Estaba jugando solo y contento, cuando un amigo de mi padre se acercó y me dijo: Oye, Dani, ven aquí. No lo vas a creer, pero podrás tomarte una foto con Lionel Messi”.
Leo Messi a apenas unos metros. El sueño de cualquier niño, excepto el de Dani Olmo. "Yo quería seguir jugando pero, contra mi voluntad, me pusieron junto a Messi y tomaron la foto. Ni siquiera le dije algo. Esperé por el clic y después regresé a mi balón, como si fuera yo el que le hacía un favor a él. Creo que eso ilustra cuánto amaba el balón, ni siquiera Messi era una distracción".
Después llegó la oferta del Barça, y con ella la presión. Una presión difícil de manejar para un niño de 10 años que solo quería jugar a fútbol "Había presión. Verdadera presión. Siempre había alguien mirando. Sabía que cualquier día podía llegar a ser el último. Sin embargo, estuve en La Masía durante 7 años, en los que jugué con personas increíbles y aprendí muchísimo. Incluso jugué en el Camp Nou, en ese campo... tierra santa".
Viendo el buen recuerdo que tiene Dani Olmo de La Masía, es inevitable que al lector le surja una pregunta. Consciente de ello, el internacional español se encarga de responder en el escrito. "Entonces, ¿por qué he dejado este sitio increíble después de siete años? Bueno, necesitaba un proyecto, necesitaba jugar, necesitaba el balón. Nadie deja el Barcelona por Croacia, nadie. Simplemente no se hace, pero yo lo hice".
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Abandonar Barcelona y empezar desde cero. Una decisión muy valiente, y más si la toma un joven de 16 años. "Lo sentí como un paso natural. No sabía nada sobre Croacia, pero sí sabía que en el Barça corría el riesgo de perderme en el sistema, de transformarme en un jugador más, sin un camino claro hacia el primer equipo. En el Barça formaba parte del mismo grupo de edad de Carles Aleñá, Marc Cucurella, Carles Pérez. De ellos, ahora tan solo Aleñá sigue en Barça, aunque ha sido cedido. El resto de los de mi grupo está en otros clubes, o en el Barça B".