Philippe Coutinho fichó por el Barcelona para disputar partidos como el de este sábado en el Wanda Metropolitano. La final de la Copa del Rey, ante el Sevilla, es la primera oportunidad para que el brasileño inaugure su palmarés blaugrana, solo tres meses después de haber aterrizado en la capital catalana tras unas complejas negociaciones con el Liverpool que se alargaron durante meses.
Ganar títulos se ha convertido en la gran obsesión del carioca y en el motivo principal por el que lo puso todo su parte para fichar por el Barcelona. En los cinco años que estuvo en el Liverpool, Philippe se convirtió en uno de los grandes nombres de la Premier.
‘El Mago’, como lo bautizaron, era un ídolo en Anfield, donde ocupó el espacio dejado primero por Luis Suárez, que en el verano de 2014 cogería las maletas rumbo a Barcelona, y, posteriormente, por Steven Gerrard, que colgó las botas en 2015. Cou, sin embargo, no consiguió materializar su liderazgo futbolístico y su evolución personal en títulos.
A desquitarse
La Copa es, para Coutinho, una gran opción de desquitarse y de empezar a tener un currículo de acorde con su indiscutible calidad y talento. Su palmarés se reduce a haber ganado la Serie B del Brasilerao con el Vasco da Gama en 2009, año que debutó como profesional, y los tres títulos en su primera temporada en el Inter de Milán (2010-11), con tan solo 18 años.
En todos ellos no participó en su consecución: la Supercopa de Italia ante la Roma (3-1), el 21 de agosto de 2010; el Mundial de Clubes, en Abu Dhabi, en diciembre de 2010, en que estuvo ausente por culpa de una lesión; y la final de la Copa contra el Palermo (3-1), el 29 de mayo de 2011, en que su compatriota Leonardo decidió no alinearlo.
'Cou' aún no ha podido salir victorioso de ninguna de las finales que ha jugado en su etapa en el fútbol europeo. En agosto de 2010, Rafa Benítez lo puso en los últimos 11 minutos de la Supercopa de Europa contra el Atlético de Madrid, para intentar levantar un 0-1 adverso.
Los colchoneros, dirigidos entonces por Quique Sánchez Flores, se acabarían imponiendo 0-2, en el presagio de una temporada muy dura para los neroazzurri en el primer año de post-mourinhismo.
Con el Liverpool, y bajo la batuta del carismático Jürgen Klopp, Coutinho disputó dos finales la temporada 2015-16. En la de la Copa de la Liga contra el City, disputada en febrero en Wembley, el entonces ‘10’ red forzó la prórroga en el minuto 83 (1-1) con un certero lanzamiento, aprovechando un rebote previo al poste.
Todo, sin embargo, se acabó decidiendo en los penaltis. El portero del City, Willy Caballero, dio el triunfo a su equipo parando tres lanzamientos, incluyendo el de Cou con paradinha incluida.
En mayo, en la Europa League, en el Sankt Jakob de Basilea, un estadio mítico para el barcelonismo, el Sevilla demostró por qué esta era su competición, ganando el tercer título consecutivo y el quinto en once años. A pesar de que los reds se avanzaron con un gol de Sturridge a pase de Coutinho, el conjunto dirigido por Unai Emery le dio la vuelta al marcador en la segunda parte y se impuso por 1-3.
revancha
Ahora en Barcelona, Philippe Coutinho es de los futbolistas más motivados de la plantilla para asegurar la posibilidad de ganar un doblete, en cuestión de semanas, y ello pasa por salir victorioso la Copa, frente a un equipo también especialista en finales, al que le tiene ganas y con el que se quiere tomar la
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revancha.