En Sport English
Ousmane Dembélé colmó el vaso de la paciencia de los dirigentes del Barcelona, en general, y del vestuario barcelonista, en particular, el día que no se presentó al entrenamiento en la Ciudad Deportiva de Sant Joan Despí. Un jueves fatídico para el delantero francés que estuvo ilocalizable durante más de una hora, antes de que informara que estaba aquejado por una gastroenteritis. Una gastroenteritis que, aparte de los problemas personales, también le han provocado problemas de indole deportiva, al quedar apartado de las convocatorias por su entrenador Ernesto Valverde.
Ese día de autos, la mañana en la que no se presentó al entrenamiento, Ousmane Dembélé, con el móvil en silencio, no fue localizado por el club hasta una media hora después de la hora del inicio del entrenamiento, las 11 de la mañana, aunque el jugador tenía que haberse personado una hora antes a las instalaciones. Contactado por el club vía telefónica, el delantero francés adujo que se encontraba mal, que tenía problemas estomacales y solicitó la visita de un médico.
Una visita que no tardó en producirse, aunque la presencia del médico en el domicilio de Ousmane Dembéle no acabó de esclarecer la situación. El médico enviado por el club a la casa de Dembélé, se personó rapidamente en el domicilio. Todas las persianas estaban bajadas. Llamó a la puerta y quien le abrió fue uno de los amigos de Dembélé. Uno de los pocos que estaba despierto.
Y es que lo que se encontró el médico en los salones de la casa de Dembélé, antes de ver al jugador, fue a varios jóvenes durmiendo en el domicilio cuando ya eran practicamente las doce del mediodía. Dembélé, que fue el último en despertarse, atendió al médico y le explicó sus sensaciones. Le dolía esl estómago, pero parece ser que el médico no pudo certificar nada fuera de lo normal en la salud del delantero francés. Eso sí, le recomendó que siguiera en cama.
Informado el club de la situación por parte del médico, así como el entrenador Ernesto Valverde, estos decidieron tomar cartas en el asunto. Desde el Barceclona se entiende que el principal problema de Ousmane Deembélé es su forma de vida y, sobre todo, la influencia que ejercen sobre él en muchas ocasiones los amigos de toda la vida, los amigos de le Banlieu, de los suburbios donde se crió Ousmane. Unos amigos que muchos de ellos conviven con él en Barcelona. Se pasan el día juntos y eso hace que la convivencia de Ousmane Dembélé con el exterior, con lo que le rodea sea nula.
NOTICIAS RELACIONADAS
Estos deficits de socialización han sido los que han hecho saltar las alarmas y así se lo han hecho saber a sus agentes. Ousmane debe cambiar de vida, centrarse más en el Barcelona, en su trabajo, vivir como un profesional y dejar de lado, aunque sea por un tiempo, sus partidas con los amigos en la 'PlayStation'.