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La cumbre de urgencia en Can Barça para analizar el futuro del equipo entre el presidente del club, Josep Maria Bartomeu, y el entrenador, Quique Setién, concluyó con una conclusión: el técnico cántabro seguirá al frente del equipo, dirigirá al Barça en Vitoria, en el último partido de Liga, y partir de entonces se abrirá un periodo de reflexión.
Durante esos días que la plantilla tendrá de descanso una vez concluida la Liga (seis días de asueto antes de empezar a preparar el partido ante el Nápoles), tanto Setién como el club reflexionarán sobre el futuro deportivo del equipo, las necesidades y carencias de la plantilla y la manera de intentar hacer un buen papel en la Champions.
El Barça no tiene la intención de prescindir de Setién: salvo que el propio técnico decida dar un paso al costado, se sentará en el banquillo del Camp Nou el próximo 8 de agosto, para recibir al Nápoles en el partido de vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones.
Si el Barça supera al Nápoles, viajará a Lisboa para participar en la final a ocho de la competición y medirse al vencedor del cruce entre el Bayern y el Chelsea, con claro favoritismo para el equipo alemán.
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Setién acabó el partido ante Osasuna muy tocado, tanto por el resultado (1-2) como por las palabras de Messi, interpretadas como una crítica a su labor como entrenador.