Víctor no quería engañar a nadie, ni al club iniciando una negociación que no llevaría a nada ni a los aficionados.
Sin embargo, el revuelo provocado puede llegar a afectar al equipo y, por este motivo, desde el propio vestuario le aconsejaron que no hiciera público su adiós justamente ahora. Los jugadores que conocen bien el entorno barcelonista y el público del Camp Nou tienen la sospecha de que su determinación no será entendida por muchos culés.