El argentino no tiene suerte en el Barça. Fichó cuando estaba su amigo Messi y no llegaron a encontrarse. Cuando parecía que se había ganado la titularidad después de una inoportuna lesión, sufre una arritmia que le obligara a estar tres meses en observación sin poder jugar.
Este tipo de lesiones de corazón son traicioneras y no descarten la posibilidad que le obligue a colgar las botas. Con la salud no se juega.