Cinco razones para el optimismo en el Barça

Es innegable que el Barça 2.0 de Xavi Hernández ilusiona a la masa social blaugrana. Después de mucho tiempo, los aficionados vuelven a estar esperanzados con el proyecto que el club tiene entre manos. El final de la temporada 2021/22 fue realmente decepcionante, pero Joan Laporta y la gente de su máxima confianza están trabajando para que la entidad regrese al lugar que le pertenece. Han sido unos años de penurias deportivas, dificultades económicas, inquietud social e incluso de crisis institucional. La misión de ‘volver’ es extremadamente complicada, pero hay varios motivos que hacen soñar en grande al barcelonismo.

Un fichaje estrella. La llegada de Lewandowski está generando unas expectativas que no se vivían desde hace mucho tiempo en el Camp Nou. Después de un año sin un referente claro tras el doloroso adiós de Leo Messi, los seguidores vuelven a identificar a un líder al que confiar partido tras partido; a alguien capaz de rebelarse contra la realidad del club. El ‘killer’ polaco, garantía de goles, es un fichaje parecido al de Ronaldinho en términos de mentalidad. El Barça necesita recuperar el carácter ganador. Tiene mucha calidad en su plantilla, pero echa de menos sentirse grande. La incorporación de Robert supone un gran paso en este sentido.

Buenas sensaciones con los refuerzos ‘dudosos’. Raphinha, Franck Kessie y Andreas Christensen aterrizaron en el equipo culé rodeados de sospechas por diferentes motivos. El brasileño por el elevado precio que se pagó por él, el marfileño por la adaptación de su perfil al ‘Universo Xavi’ y el último por un último tramo de periplo en el Chelsea con actuaciones poco convincentes. La realidad, sin embargo, es que de momento todos ellos están rindiendo a buen nivel. El extremo debutó con un gol y dos asistencias en 45 minutos, el centrocampista se ha erigido como un recurso diferente para la medular y el defensa aprobó con nota en su primera puesta en escena, en la que tuvo que ‘bailar’ con un veterano de guerra como Gonzalo Higuaín.

Una apuesta arriesgada, pero valiente. El Barça está vendiendo una parte de su patrimonio para reforzar su plantilla y evitar que su marca continúe devaluándose. La estrategia de Joan Laporta para reflotar al club es algo temeraria, pues está renunciando a un porcentaje considerable de los ingresos procedentes de los derechos de televisión de los próximos 25 años y de una porción importante de activos como Barça Studios, pero también es muy atrevida. Sin ella, Mateu Alemany no hubiera podido convencer al Bayern de Múnich y al Leeds para fichar, respectivamente, a Lewandowski y Raphinha, dos futbolistas con pretendientes de la talla del PSG o el Chelsea. Además, el presidente ya ha avisado públicamente que, después de confeccionar una de las líneas ofensivas más potentes del continente, ahora toca mejorar la defensa. Va con todo.

Pedri-Ansu Fati, la ilusión convertida en dupla. Están llamados a ser las piezas angulares del Barça durante la próxima década. El barcelonismo tiene depositadas sus esperanzas en dos jugadores que han necesitado poco tiempo para demostrar que son unos escogidos, pero que sobre el ‘verde’ solo han coincidido 346 minutos oficiales en dos temporadas. Las dos perlas de 19 años han dejado atrás los problemas físicos y, contra Olot e Inter Miami, Xavi les ha hecho coincidir sobre el césped. La sociedad promete muchas alegrías en el futuro, pero también en el presente. Aunque el refuerzo de la clase media (este verano han llegado futbolistas para equilibrar una plantilla con promesas increíbles y veteranos legendarios) les restará responsabilidad, ambos están obligados a seguir creciendo y tener un papel fundamental en el proyecto.

El futuro sigue siendo brillante. Pese a que el denominador común de todas las operaciones que está efectuando el club tiene que ver con la competitividad inmediata, la dirección deportiva no descuida el futuro. Gavi, Nico González y Pablo Torres son las caras visibles de una generación de joyas capacitadas para ganar protagonismo más pronto que tarde.