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La ciencia da la razón a Xavi Hernández

Xavi Hernández habló en rueda de prensa tras el empate ante el Getafe en el Coliseum / | Perform

Tras el empate del Barça en Getafe, Xavi Hernández se mostró muy crítico con el estado del césped del Coliseum Alfonso Pérez. También se quejó de la hora del partido. Inmediatamente las redes se inundaron de memes riéndose de las declaraciones de Xavi, muchas tertulias criticaron al técnico del Barça y el propio entrenador del Getafe le contestó sarcásticamente. La mayoría de las críticas se basaban en que tanto el césped como la hora del partido eran iguales para los dos equipos, por lo que era absurdo decir que perjudicaban únicamente al Barça. Pues bien, las evidencias científicas dan la razón a Xavi Hernández.

1) LA HORA DEL PARTIDO

La cronobiología se define como la ciencia que estudia cómo oscilan las distintas variables del organismo a lo largo del tiempo. En nuestro cuerpo tenemos una serie de relojes biológicos que regulan los cambios físicos, mentales y conductuales que se producen cada 24 horas. Según la cronobiología, la hora a la que se juega un partido influye sobre tres aspectos claves del futbolista: 1) su rendimiento; 2) su salud; 3) la calidad de sueño.

a) ¿Es buena hora las 16.15 h. para jugar al fútbol?

No. Aunque hay variaciones individuales, según nuestro ciclo biológico a las 15.00 h. se produce bajada de presión arterial, descenso de nivel de alerta y somnolencia. Estos tres factores no favorecen la práctica deportiva. El estado de alerta se eleva a las 17.00 h. y aproximadamente a las 18.45 h. se alcanza la máxima flexibilidad y capacidad cardiovascular. Sobre las 19.30 h. se alcanza un pico de presión arterial y a las 20.15 h. se alcanza la máxima velocidad de reacción ante un estímulo visual.

¿Y qué ocurre si se juega más tarde de las 21.00 h.?  Nada bueno. Al estar los músculos inflamados y la actividad cerebral ser muy alta, es muy difícil conciliar el sueño cuando los partidos acaban cerca de la media noche. Además, la temperatura corporal es demasiado elevada y el futbolista ha sufrido una exposición muy grande a la luz de los focos del campo, lo que altera sus ciclos biológicos. Esto se suma a los problemas habituales que tienen los deportistas de élite con el sueño consecuencia de su estilo de vida (viajes. horarios variables, lesiones…). Todos estos factores afectan a la salud del futbolista, ya que son muchas las patologías graves asociadas a la falta de descanso.

La cronobiología también estudia cómo afecta el horario al tipo de deporte practicado. Los estudios confirman que, en el fútbol, donde hay momentos explosivos de elevada intensidad y corta duración, la fuerza máxima se alcanza por la tarde y comienzo de la noche.

Como conclusión a este apartado recomiendo, teniendo en cuenta las evidencias científicas: a) no jugar a las 16.15 h. porque el rendimiento deportivo es bajo; b) comenzar todos los partidos a las 19.00 h. aproximadamente; c) suprimir el horario de las 21.00 h. ya que pueden aparecer problemas de salud en el futbolista.

b) ¿Puede modificarse el rendimiento de los futbolistas cambiando las horas de entrenamientos, comidas, viajes, etc.?

Sí, pero se necesita mucho tiempo de adaptación cronobiológica y no solo unos días. En la liga española, donde continuamente un equipo varía el día de la semana y la hora a la que juega, una adaptación correcta es imposible. Si además sumamos que muchos clubs también juegan entre semana a diferentes horas, preparar el cuerpo para jugar al máximo rendimiento en cada partido no es factible.

c) ¿Afectó por igual este mal horario al Getafe y al Barça?

En teoría sí, pero en la práctica no. Cuando se enfrentan dos equipos separados en la clasificación por casi cincuenta puntos, los factores ambientales que impiden a los jugadores explotar sus máximas cualidades siempre benefician al equipo inferior. Todos los amantes del fútbol saben que jugar en condiciones alejadas de las óptimas (viento, campo embarrado, etc.) reduce las diferencias entre los jugadores más y menos técnicos, tendiendo a igualar el partido. Por esta razón, jugar a una hora que cronobiológicamente no permite desarrollar el mejor fútbol benefició al Getafe. ¿Qué ocurriría si se enfrentaran a las 16.15 h. dos equipos de similar calidad técnica? Que el rendimiento de ambos sería inferior al óptimo, pero nadie saldría beneficiado.

 

2) EL CÉSPED

 

Según el reglamento, el césped de un campo de fútbol debe estar cortado a una altura entre 20 mm y 30 mm. El verde del campo del Getafe, en su partido contra el Barça, estaba en 29 milímetros, por lo que el equipo madrileño no incumplió el reglamento. Entonces ¿dónde está el problema? Precisamente en el reglamento. Es un disparate que permita un 50% de variabilidad en la altura del césped.

 

Pongamos un ejemplo. La hierba del torneo de Wimbledon tiene una altura exacta de 8 milímetros, sin permitirse variaciones como las que permite el reglamento español de fútbol. La razón es solo una. Las evidencias científicas han demostrado que 8 mm es la altura perfecta para jugar al tenis sobre hierba.

 

Para llegar a esa conclusión han pedido su opinión a investigadores de áreas como la botánica, la biotecnología, la química agrícola, la física, la biomecánica, etc. Ellos no solo se encargan de evaluar con afecta la altura del césped a la velocidad y altura de la pelota, sino también de comprobar si el corte puede lesionar el tenista al desplazarse, de elegir la semilla que dé lugar al césped que menos se deteriore por el clima o por las pisadas de los jugadores… pero ni se les pasa por la cabeza a los organizadores que el césped se pueda cortar a 8 o a 12 mm para favorecer a un jugador u a otro.

 

Por todo lo expuesto estoy muy de acuerdo con Xavi en que las características del césped deben ser las mismas en todos los campos de fútbol y elegidas según criterios científicos. Un césped alto y seco que frena el desplazamiento del balón e influye negativamente en los movimientos de los jugadores o en el bote del esférico no es el idóneo para jugar al fútbol. Solo sirve para intentar igualar a equipos de gran calidad técnica con otros que no lo son tanto. Lo mismo que ocurría con la hora del partido.

 

 

Estimados lectores de SPORT, por muchos memes que reciba, Xavi Hernández tiene razón y la ciencia, enemiga de la demagogia, lo apoya.