Ya lo anunciaba el pasado martes en rueda de prensa Diego Pablo Simeone, acompañado de una sonrisa pícara: “Para mañana posiblemente no esté en el mejor estado”. Se refería el argentino al estado del terreno de juego del Vicente Calderón, que confirmaba sus malas prestaciones horas antes del partido.
El mal tiempo, las heladas y sobre todo el castigo al que ha sometido el equipo local al césped de su feudo en los últimos días (partido el sábado frente al Rayo, y entrenos lunes y martes), no han ayudado. El Cholo sabía que éste era un hándicap del que su equipo podía beneficiarse.
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Ante ello y viendo esta vicisitud, el Barça y Luis Enrique tendrán la ardua tarea de tratar de bajar el balón al piso y jugar contrarrestando el fútbol directo que practican los colchoneros. Parece ser que la eliminatoria ya ha empezado horas antes del silbato inicial.