Entonces fue la intervención directa de Gerardo Martino quien frenó la operación y permitió al canterano afrontar una nueva temporada en la disciplina de la primera plantilla.
En esta ocasión, la grave lesión de Granero ha permitido que el conjunto donostiarra haya insistido en hacerse con los servicios del joven futbolista.
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Una vez más, la respuesta del Barça ha sido favorable. Entre clubs no existe problema alguno, aunque no se forzará a Jonathan a tomar una decisión en contra de su voluntad. El mexicano tiene la última palabra: si quiere cerrar la cesión, no habrá problemas; si quiere continuar, puertas abiertas en el vestuario del Tata.