Día para el olvido para el FC Barcelona. Uno más en la Champions. El equipo azulgrana, que veía cómo quedaba eliminado de la máxima competición continental tras la derrota del Viktoria Plzen en Milán, volvía a ser vapuleado en 20' por el Bayern. Dos goles y la sensación de que el cuadro de Xavi era un juguete en manos del Bayern. Una vez más. Y el colmo llegaba al filo del descanso. Lewandowski se plantaba ante Ulreich en un mano a mano, pero era derribado por Matthijs De Ligt. El colegiado Taylor señalaba penalti.
Automáticamente y tras ver varias repeticiones, la Sala VOR avisaba al árbitro para que la fuera a ver. Tras pensárselo medio minuto, decidía anular la pena máxima. Momento en el que, tras toda la tensión de la tarde, el Camp Nou explotaba. Son demasiados fiascos europeos. Y los gritos iban hacia el que se ha convertido en enemigo público número 1 para el barcelonismo: la UEFA.
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"Es una mafia, la UEFA es una mafia", retronaba en el coliseo azulgrana.