La Roma decidió rescindir unilateralmente el contrato con el Barça y le hizo un favor. Así nos evitó ver otra vez en el césped del Camp Nou a Mourinho, el que le metió el dedo en el ojo a Tito, el gesto que fue inmortalizado en aquella repugnante pancarta promovida desde el palco blanco que decía "Mou, tu dedo nos señala el camino".
Hasta que Mourinho no pida perdón el Barça por lo menos debería evitar invitarle. Sin quererlo, la Roma le ha hecho un favor al club y ha dignificado un ya de por si maltratado Trofeu Joan Gamper.