Todos deseábamos que este 30 de junio fuera una fecha definitiva para esclarecer el futuro de Ousmane Dembélé. Pero lo cierto es que, a pesar de que el futbolista termina oficialmente su vinculación contractual con el Barça a las 23:59, nada se va a dilucidar. El Barça se mantiene firme y no piensa, por ahora, mejorar la última oferta que hizo llegar a los agentes del jugador.
Por su lado, Sissoko y compañía creen que es insuficiente y que el de Vernon merece que el club azulgrana aumente los emolumentos. Para el club azulgrana significa alargar aún más la agonía y seguir sin poder dar a Xavi el extremo desequilibrante que quiere para la plantilla. Para Dembélé, el peligro de que los demás clubes vayan cerrando sus 'rosters' para el curso 2022/23 y él pueda quedar en el limbo. Pero vaya, llegando a coste cero quien tiene más la sartén por el mango es el galo.
CANSANCIO
Mientras la secretaría técnica sigue enzarzada en una pugna que no parece que pueda ganar con el Leeds por Raphinha (lo que pide el club inglés es inasumible), Ousmane está tranquilo, de vacaciones, esperando su destino. Quiere seguir en Barcelona, sí, pero no parece que con tanto ahínco como para renunciar a cierto dinero.
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Y en esas estamos. En una calma tensa. En un tira y afloja totalmente enquistado. Ya casi hasta por orgullo, parece complicado que ninguna de las dos partes vaya a ceder próximamente. Y el culé está cansado.