Un buen calentamiento es importante para cualquier deportista, pero para los jugadores profesionales es trascendental. Especialmente para prevenir lesiones. Ousmane Dembélé, un jugador que en los últimos años ha sufrido muchos contratiempos musculares, ha comprobado que cuidar todos los detalles es vital para triunfar en la élite. Durante el pasado parón de selecciones reconoció públicamente que ha aprendido la lección tras “perder cinco años de mi vida”. “Si no trabajas, te estancas. Si no te fortaleces, te haces daño y recaes”, reflexionó en una entrevista en ‘RMC Sport’.
Dembélé y Raíllo, durante el Mallorca-Barça
| Valentí EnrichEl extremo francés volvió a actuar con madurez a la hora de descansar en el segundo encuentro de la ventana de selecciones de Francia, contra Dinamarca, para dejar completamente atrás unas molestias en los gemelos que arrastraba desde la derrota en el Allianz Arena. La prioridad de Dembélé era regresar a Barcelona en perfectas condiciones y poder ayudar al equipo de Xavi Hernández en un tramo de competición intenso y decisivo antes del Mundial de Catar. Sus sensaciones durante la semana mejoraron ostensiblemente y este sábado pudo ser titular en Mallorca.
Especialmente destacable fue el comportamiento de Ousmane durante el calentamiento previo al encuentro en Son Moix. Realizó los ejercicios que dictaron los preparadores físicos culés como el resto de futbolistas que salieron de inicio, evidentemente, pero también se fue probando con pequeñas carreras de intensidad gradual. Empezó recorriendo distancias cortas, continuó con desplazamientos más significativos y culminó su puesta a punto con una prueba definitiva con la que comprobó que estaba al 100%: finalizó la preparación con una galopada desde la portería hasta la entrada del túnel de vestuario a velocidad máxima.
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Toda precaución es poca antes de unas semanas muy exigentes a todos los niveles. Si quiere seguir siendo importante en el Barça y mereciéndose la convocatoria para el Mundial, Dembélé no puede correr riesgos ni forzar. Más si cabe teniendo en cuenta que es un futbolista 'explosivo' que necesita un buen estado físico para desequilibrar. Descansó ante Dinamarca porque no acababa de tenerlas todas consigo y jugó contra el Mallorca porque superó con éxito las pruebas a las que se sometió él mismo antes del encuentro. No fue su mejor noche, no estuvo fino en el desborde ni en los metros finales, pero se implicó, corrió como el que más y ayudó mucho en las tareas defensivas.