El centrocampista Sergio Busquets lamentó que una jugada puntual acabe cargándose un partido, aunque en esta ocasión se refería a la expulsión de un rival, el portero Gorka Iraizoz, quien entró en los primeros minutos del partido a Luis Suárez dentro del area cuando estaba a punto de dribrarlo. Busquets aseguraba que con la ley en la mano era una expulsión clara, aunque en estos casos había que tener otro tipo de condicionantes a la hora de tomar las decisiones para evitar cargarse el espectáculo: "Estas acciones se castigan demasiado. Ya es suficiente castigo un penalti para que luego además te quedes con un jugador menos. Con un 1-0 y con un jugador menos se hace muy difícil aguantar un partido, pero es lo que dice la norma y hasta que alguien no la cambie o ponga remedio, seguirá siendo así".
Sergio Busquets recordó que en el partido de Copa del miércoles ante el Athletic en San Mamés las sensaciones serán bien distintas porque "ellos apriean mucho en su casa y nos pondrán muchísimas dificultades".