Arturo Vidal fue uno de los grandes protagonistas en el entrenamiento del Barça previo al partido de Liga ante el Sevilla, después de las quejas del jugador chileno tras los últimos partidos del equipo, cuando mostró su enfado en las redes sociales por no tener el protagonismo que esperaba.
Aunque Ernesto Valverde, entrenador del Barça, reconoció el "problema" que supusieron las quejas públicas del jugador, Vidal fue recibido de manera alegre y divertida por sus compañeros: a diferencia de la opinión del entrenador, los jugadores apenas concedieron importancia a sus quejas en las redes y valoran el buen ambiente que aporta en el vestuario.
Así, el chileno pasó por uno de los típicos 'pasillos de collejas' que los jugadores reservan para los jugadores que celebran algo (como un cumpleaños o una renovación contractual), síntoma de que sus compañeros no interpretaron como una falta de respeto las quejas del jugador.
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Sí las interpretó así Pep Segura, manager general del Barça: en una entrevista concedida a Sport, reconoció que la actitud del chileno había sido una falta de respeto para sus compañeros.